Nuestra casa es un campo de minas para una red WiFi, incluso aunque su tamaño sea pequeño. Los problemas de cobertura son muy frecuentes debido a que, nuestras viviendas pueden tener un impacto negativo tanto en el rendimiento como en la cobertura de nuestra red inalámbrica. Y es que es posible incrementar el alcance de nuestra red sensiblemente sin necesidad de gastar dinero en repetidores inalámbricos, dispositivos PLC u otras soluciones.
La atenuación que una barrera física, como una pared o una puerta, introduce en una señal inalámbrica depende de la densidad y la estructura del material utilizado en su fabricación. El obstáculo absorberá una parte de la energía de la señal, provocando así su atenuación, y reflejará otra parte en una dirección diferente a la inicial, pero normalmente la señal inalámbrica conseguirá atravesarlo, a menos que ya llegué muy atenuada. Una puerta de madera es menos densa y más estrecha que una pared de ladrillo tosco, por lo que obstaculiza menos la propagación de la señal inalámbrica. Al mismo tiempo, una pared de ladrillo tosco es menos densa que un muro de hormigón, por lo que este último atenuará mucho más nuestra señal.
Que otras dificultades y soluciones existen
Afortunadamente, hay una opción sencilla, que consiste en colocar el router en una posición central en la vivienda, intentando que esté más o menos a la misma distancia de los puntos más alejados y opuestos de la casa. De esta forma es menos probable que queden zonas sin cobertura. Si, además, lo colocamos en una zona elevada, lo más cerca del techo posible
También debemos reconocer bajo que frecuencia y banda opera nuestro router ya que una frecuencia entre 72Mbps y 600Mbps tan alta es un vehículo que nos permite alcanzar mayores velocidades de transferencia, pero disminuye su capacidad de penetración como consecuencia de la reducción de su longitud de onda. Esto significa, sencillamente, que la señal se ve más atenuada cuando se ve obligada a atravesar un obstáculo físico. Y nuestras casas están repletas de ellos. Las paredes, el techo y las puertas son barreras que pueden limitar seriamente tanto el rendimiento como el alcance de nuestra red inalámbrica, sobre todo si, como hemos visto, opera en una banda de alta frecuencia.
Hay otros factores que también condicionan el rendimiento que nos propone una tecnología inalámbrica, como, por ejemplo, el número de flujos de datos que es capaz de administrar de forma simultánea, para ampliarlos y mejorar nuestra señal podemos utilizar una gran cantidad de antenas en nuestro router no solo para incrementar la velocidad de transferencia estableciendo múltiples flujos de datos simultáneamente, sino también para reducir las interferencias y aprovechar las reflexiones en el techo y las paredes con el propósito de conseguir que la señal llegue a su destino con más eficacia.
Otra barrera que suele tener un impacto negativo en el alcance de nuestra red inalámbrica es el ruido generado por otros dispositivos, como los teléfonos domésticos inalámbricos, los hornos microondas, los intercomunicadores domésticos sin cables o los monitores inalámbricos para bebés, entre otras opciones. Todos estos dispositivos compiten para utilizar el mismo medio empleado por nuestra red WiFi, interfiriendo con la señal inalámbrica que transporta nuestros datos. En la medida de lo posible debemos alejar nuestro router o punto de acceso inalámbrico de los dispositivos que pueden interferir con él con más intensidad, como hornos microondas o estaciones de conexión de teléfonos inalámbricos domésticos.
Si tu router utiliza tanto la banda de 2,4 GHz como la de 5 GHz y has notado que el rendimiento y la cobertura de tu red WiFi no son los idóneos, cerciórate de que tus dispositivos se estén conectando a la red de 5 GHz. Lo que ganas, de paso, es que habitualmente la banda de 5 GHz está menos degradada por las interferencias porque hay menos redes inalámbricas y dispositivos que compiten por utilizarla.
Y por último el consejo más importante
Además, hay otro reto adicional al que debemos enfrentarnos si vivimos en una comunidad, que es lo habitual: los routers y los puntos de acceso inalámbrico de nuestros vecinos pueden utilizar el mismo canal que nuestro router, lo que suele tener un impacto negativo tanto en el rendimiento como en la cobertura de la señal. Para explicar qué es un canal podemos retomar nuestro ejemplo de la carretera. Imaginemos que dos ciudades están unidas por tres carreteras con un trazado diferente. Si, por la razón que sea, el mayor número de coches va por una de ellas y solo unos pocos vehículos se desplazan por las otras dos, la primera estará congestionada y la circulación se degradará.
Una forma sencilla de averiguar cuál es el canal de nuestro wifi y su estado, consiste en utilizar una app de análisis de redes inalámbricas, como, por ejemplo, WiFi Analyzer, que está disponible para dispositivos Android, o Network Analyzer, para smartphones y tablets con iOS. Estas apps analizarán las redes inalámbricas próximas y nos indicarán qué canal está menos congestionado. Lo único que tendremos que hacer a continuación es acceder a la interfaz web de configuración de nuestro router y cambiar el canal por el que nos sugiere la app que hemos instalado en nuestro móvil.
Antes de terminar vale la pena que los enumeremos a modo de resumen. Estos son los factores que pueden condicionar negativamente el alcance de nuestra red WiFi:
- La frecuencia utilizada por el estándar WiFi determina la capacidad de penetración de la señal en el interior de nuestra casa. A medida que se incrementa la frecuencia de la señal se reduce su longitud de onda, y, por tanto, también su capacidad de penetración.
- Las paredes, el techo y las puertas de nuestra casa obstaculizan la propagación de la señal inalámbrica. Su distribución, grosor y densidad determinan en qué medida se verá atenuada la señal.
- Algunos de los dispositivos que tenemos en casa, como los interfonos inalámbricos, los hornos microondas o los teléfonos domésticos sin cables, interfieren con nuestra red WiFi, mermando su rendimiento y reduciendo su alcance.
- Si el canal de comunicación utilizado por nuestro router está congestionado tendrá un impacto negativo tanto en el rendimiento como en la cobertura de la señal.
Los consejos que les acabamos de proponer deberían ayudaros a extender el alcance de vuestra red WiFi, pero si después de aplicarlos no obtienes el resultado que esperas probablemente no quedará más remedio que invertir en nuevo hardware. Una posibilidad es cambiar el router por uno más avanzado que sea capaz de garantizaros una cobertura óptima y un control preciso de vuestra red inalámbrica.
También es posible que ya tengáis un buen router y no quieras cambiarlo. En ese caso no quedará más remedio que extender vuestra red WiFi utilizando alguna de las soluciones que nos proponen los fabricantes de equipos de comunicaciones, como son los repetidores inalámbricos o los dispositivos PLC.
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