“El Último Baile”, se subtitula, traduce, dobla y distribuye en Netflix a más de 190 países fuera de los Estados Unidos y se analiza y se habla como si fuera una serie de playoffs de la NBA que una serie documental. Los primeros cuatro episodios son las cuatro transmisiones originales más vistas en ESPN desde 2004 con un promedio de 6 millones de espectadores.
Con la mayoría de los eventos deportivos suspendidos esta coproducción de ESPN y Netflix adelanto su fecha de lanzamiento a pesar de la pandemia, pero independiente a su fecha de estreno habría sido recibida como un acontecimiento en cualquier momento, en medio de una ronda de finales como originalmente se planeó, en cualquier clase de normalidad.
Se desarrolla en medio de una última victoria
Esta serie documental retrata la temporada 1997/98 de los Bulls de Chicago, año en el que el propio Jordan permitió que se grabase multitud de horas con la única condición de que él tenía que dar su aprobación para poder usarlas. Durante casi 20 años se negó a permitirlo, pero finalmente aceptó una oferta que dio pie a que Jason Hehir haya realizado una adictiva docuserie de 10 episodios que recientemente llegó a su fin.
Se desarrolla tras la llegada de los Bulls como campeones, con la posibilidad de volver a ganar el anillo por tercer año consecutivo, pero también con la posibilidad de que fuera el último año antes de que el equipo comenzase una reconstrucción profunda de la plantilla.
Jordan ante el próximo retiro de su entrenador dijo no continuar con el equipo, por ello Jordan resalta como protagonista al proponerse llevar al equipo hacia la victoria dando la más de épica demostración de su talento.
Un documental que te acerca a cada protagonista
Por ello, este repaso de la vida de Jordan brilla más cuando consigue conectar realmente con sus protagonistas y ofrecer ciertos detalles íntimos, ya sea sobre sus frustraciones en diferentes momentos de sus carreras o por el fuego que guiaba a su equipo para superar a cualquier rival.
Y qué protagonistas a su lado, increíbles aliados como Scottie Pippen, al que nunca se valoró lo suficiente; el ‘bad boy’ Dennis Rodman, cuyas juergas no afectaban al rendimiento en la cancha, o el reivindicable Steve Kerr, con el que Jordan compartía la ausencia de un padre asesinado. Supervisando a estas personalidades más grandes que la vida, el entrenador Phil Jackson, padre del triángulo ofensivo y encantador hippie redomado que introdujo el budismo zen en los entrenamientos.
Después están los enemigos, sobre todo de Jordan, un hombre que necesitaba crearse rivales para prosperar. Durante toda la saga aletea el desdén hacia el director técnico del equipo, Jerry Krause, principal instigador del proceso de reconstrucción que incluía deshacerse de Jackson y, por extensión, Jordan, quien no pensaba entrenar a las órdenes de nadie más. Pero MJ también sacó energías de su forcejeo con Magic Johnson o Kobe Bryant (DEP), quienes le aman pese a todo, o el croata Toni Kukoč, futuro compañero con el que Jordan y Scottie se ensañaron en las olimpiadas de Barcelona.
En resumen
Hay tantísimo material inédito y entrevistas a todos los implicados que uno acaba enganchado sin remedio incluso aunque se lo sepa todo. La tarea de sacar lo mejor ya ha debido ser una tarea titánica, pero Hehir tiene además un curioso as bajo la manga con esas escenas en las que muestra a Jordan lo que han comentado otros de los implicados sobre la situación para luego decirlo todo con su reacción, tanto la gestual como con sus comentarios posteriores.
Quizá ‘El último baile’ no sea profundo como nos podría gustar, pero a fin de cuentas, bastante es que hayamos podido verlo. Pese a lo visto, queda claro que Jordan se muestra celoso de ir más allá en ciertos temas y probablemente lo mejor habría sido centrarse en exclusiva en esa última temporada.
Puedes ver ‘El último baile’ en Netflix.
Fuentes:
‘El último baile’ es una adictiva docuserie en Netflix que va más allá del épico último año de Michael Jordan en los Chicago Bulls
‘El último baile’: el mayor espectáculo del mundo